¿Alguna vez te has tropezado con personas que tienen reacciones agresivas -que de acuerdo a la situación- resultan ser "exageradas"?
Bueno, tal vez estés frente a personas que tienen problemas para controlar sus impulsos, específicamente: Trastorno explosivo intermitente.
¿con qué se come eso?
Bueno, de acuerdo al DSM-IV, el trastorno explosivo intermitente pertenece al apartado de Trastornos del control de los impulsos no clasificados en otros apartados.
Y los criterios para su diagnóstico son los siguientes:
A. Varios episodios aislados de dificultad para controlar los impulsos agresivos, que dan lugar a violencia o a destrucción de la propiedad.
B. El grado de agresividad durante los episodios es desproporcionado con respecto a la intensidad de cualquier estresante psicosocial precipitante.
C. Los episodios agresivos no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno antisocial de la personalidad, trastorno límite de la personalidad, trastorno psicótico, episodio maníaco, trastorno disocial o trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, medicamentos) o a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal, enfermedad de Alzheimer)
vuelvo y repito: ¿con qué se come eso?
Bien, las personas con este trastorno, tienden a reaccionar de manera desproporcionada ante una situación, es decir, estallan por cosas muy mínimas.
¿Son bombas de tiempo? Posiblemente.
Estas personas, en sus estallidos, resultan generar daños no solo físicos, sino también verbales, y dichos daños no son exclusivamente a quienes le rodean, sino que ellos mismos pueden verse afectados.
Este trastorno puede arrojar síntomas físicos específicos al momento de la reacción:
-Hormigueo.
-Temblores.
-Opresión en el pecho.
-Palpitaciones.
-Sensación de presión en la cabeza.
Si tú o alguien que conoces, presenta algunas de estas características, comunícate con un profesional en el área.
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